Prurito: Diagnóstico y tratamiento

El prurito es la sensación de picor; puede ser causado por afecciones dermatológicas y sistémicas. Un historial de exposición puede revelar los desencadenantes de los síntomas. Es esencial realizar un exploración exhaustiva de la piel, que incluya la visualización de las membranas interdigitales, la región anogenital, las uñas y el cuero cabelludo. Las lesiones cutáneas primarias indican una piel enferma, y las secundarias son reactivas y resultan de la manipulación de la piel, como el rascado. Una evaluación inicial de las causas sistémicas puede incluir un recuento sanguíneo completo con diferencial, niveles de creatinina y nitrógeno ureico en sangre, pruebas de función hepática, estudios de hierro, nivel de glucosa o A1C en ayunas y una prueba de la hormona estimulante de la tiroides. En función de la anamnesis y la exploración física, pueden también ser apropiadas otras pruebas, como la velocidad de sedimentación globular, el cribado del VIH, las serologías de la hepatitis y la radiografía de tórax. En ausencia de lesiones cutáneas primarias, los médicos deben considerar la posibilidad de evaluar la malignidad en pacientes de edad avanzada con prurito crónico generalizado. El tratamiento general incluye evitar los factores desencadenantes, el uso liberal de emolientes, la limitación de la exposición al agua y la administración de antihistamínicos orales y corticosteroides tópicos. Si la evaluación de las múltiples etiologías del prurito es ambigua, los médicos pueden considerar las etiologías psicógenas y consultar con un especialista.

(Am Fam Physician. 2022; 105(1):55-64. Copyright © 2022 American Academy of Family Physicians.)