Trastorno por consumo de benzodiacepinas: Preguntas y respuestas habituales

En los Estados Unidos, más de 30 millones de adultos han declarado haber tomado una benzodiacepina en el último año. El 17,2% de todos los casos de consumo de benzodiacepinas se debe a un uso indebido, es decir, al consumo de un fármaco de una forma no prescrita por el médico. Los médicos de familia se enfrentan al reto de equilibrar los beneficios que el paciente percibe de las benzodiacepinas con los riesgos conocidos y la falta de evidencias que respalden su uso. Las benzodiacepinas provocan importantes efectos adversos relacionados con el sistema nervioso central, como sedación, confusión, pérdida de memoria, depresión, caídas, fracturas y accidentes de tráfico. Los factores que aumentan el riesgo de efectos adversos y de uso indebido son otros trastornos por consumo de sustancias, el uso concomitante de medicamentos para el sistema nervioso central y las enfermedades pulmonares o del sistema nervioso central. En comparación con el consumo intermitente, el consumo crónico diario en adultos mayores se asocia con un mayor riesgo de caídas, fracturas, hospitalizaciones y muerte. Los síntomas de abstinencia como la ansiedad, los trastornos del sueño y la agitación son frecuentes y a menudo prolongados. Se ha demostrado que el tratamiento complementario con antiepilépticos, antidepresivos y pregabalina reduce los síntomas de abstinencia. La prescripción de benzodiacepinas a los pacientes que las utilizan de forma crónica debe individualizarse, con una disminución lenta a lo largo de semanas o meses, o más, para minimizar la intensidad de los síntomas de abstinencia. La incorporación de intervenciones conductuales, como la terapia cognitivo-conductual, mejora los resultados de la deshabituación.

(Am Fam Physician. 2023; 108(3):260-266. Copyright © 2023 American Academy of Family Physicians.)